MIGUEL ANGEL ROJAS
Artista conceptual colombiano, nacido en Bogotá en el año de 1946. Su obra expresada a través del dibujo, la pintura, la fotografía, las instalaciones y el video, trata de asuntos relacionados con la sexualidad, la cultura marginal, la violencia y la problemática relacionada con el consumo y la producción de drogas. Fotógrafo, pintor y arquitecto. Estudia arquitectura, Universidad Javeriana, Bogotá (1964- 1966); Estudia Bellas Artes, Universidad Nacional, Bogotá (1968-1973) Ha expuesto individual y colectivamente desde 1972 en Colombia, Venezuela, Australia, Puerto Rico, Cuba, EE.UU., Japón, Brasil, Australia, Inglaterra y México. Primer premio en fotografía del XXXII Salón Nacional de Artistas de Colombia 1989; Premio de la II Bienal Internacional de San Juan 1979; Premio León Dobrzinsky 1981; Premio del XXX Salón Nacional de Artistas de Colombia 1986 en Medellín mención especial de la V Bienal americana de artes gráficas 1988 en Cali; Premio del Concurso nacional Riogrande 1989.
Temática del artista
Rojas se reconoce como un artista figurativo, que no se interesa por el estilo sino por la temática. Por eso su obra se ha visto atravesada por intereses de orden conceptual, simbólico y político que exploran temáticas como la marginalidad y la diferencia sexual, la problemática indígena, el desplazamiento social y más recientemente la situación del país, específicamente la violencia política asociada al narcotráfico.
Rojas realizó sus primeras obras sobre la diferencia sexual mucho antes de que este tema entrara con fuerza en la esfera de las artes, en los años ochenta. En los años noventa, el artista deja a un lado la fotografía y con ella los temas personales y se adentra en temáticas más universales como el narcotráfico, el tercer mundo, la concentración de poder, entre otros. La obra de Rojas, en conjunto, tiene el sello de un artista que ha guardado distancia con el mercado del arte, ha trabajado con gran independencia creativa y se ha convertido en un referente decisivo en la historia del arte colombiano.
Serie Faenza 1978 Fotografía lanco y negro 20 x 25cm
Es natural que Rojas, también fijara su mirada en el cine, la cultura popular y que pronto, dejara atrás las restricciones formales del trabajo foto realista, que si bien, le garantizaba un buen desempeño comercial, no cumplía con sus expectativas vitales. El artista sentía que al hacer puestas en escena del tipo de encuentros que quería retratar, estaba falseando y evadiendo la experiencia “real”. La fotografía, que era su aparato de captación más directo, era mediatizada y domesticada por el dibujo, que reducía su potencia testimonial y su crudeza vital. Técnicamente, Rojas se sentía también falsificando e infravalorando su trabajo fotográfico, que se quedaba como simple ayuda mecánica para la creación de sus dibujos y grabados.
Así, motivado por encontrar el testimonio de su propia verdad, Rojas se dedicará, durante los siguientes años, a seguir sus propios fantasmas y la sombra de su deseo, siguiendo en los cines, a los amantes furtivos que sólo allí, en la oscuridad de sus salas, podían explorarse y reconocerse.
Miguel Ángel Rojas recorrería los ya desaparecidos cines bogotanos –el Mogador, el Lux, el Imperio, el Faenza - fotografiando clandestinamente aquellos encuentros anónimos y casuales, reconstruyendo la memoria de esos ‘no lugares’ urbanos, sitios de paso.
“En su serie de fotos "Faenza" la fotografía tiene un carácter puramente documental. Rojas reitera aquí su interés en espacios públicos urbanos donde reina la soledad, la ansiedad y la marginalidad. Si bien las fotografías tienen un justo valor en sí mismas, Rojas las dispone continuamente a manera de serie sobre un fondo oscuro, y en sentido horizontal creando una narración fragmentada, que da al espectador un sentido total del espacio representado.”[1]
“El momento que registré yo en los 70s a través de esa serie de fotografías fue un momento muy vital mucho, más vital yo creo que en los orígenes del teatro cuando era un teatro bien o ahora que se convirtió en un aula de universidad, pues era un sitio donde entraba mucha gente, era un espacio donde la sexualidad se daba hacia adentro, donde se expresaban todos los temores de un grupo minoritario, donde se vivenciaban también las determinantes morales de un momento y una sociedad, donde se veían también las clases sociales muy marcadas en Colombia.
Natalia Gutierrez: ¿Porque el Faenza?
Miguel Ángel Rojas: porque era un urinal, ha sido una suerte colateral el hecho de que el edificio fuera tan hermoso, pero si realmente lo que permitía estos encuentros era el hecho de que a lo largo de todos los pasillos que era la entrada a la platea se hubieran construido un urinal de 20 metros y las puertas que tenía acceso a la luneta, por esas puestas también la gente accedía al urinal, entonces todo el tiempo era el sonido de las película y el sonido de las puertas.
El hecho de tomar unas fotos en el lugar me alejó de alguna manera y me hizo ver algo que era parte de mi experiencia, porque la intensidad que yo tenía, que yo experimentaba en estos teatros y cada vez que tenía un encuentro pues era no muy lejana a la intensidad que me da la apreciación del arte.
Yo me levantaba pensando que iba ir al Faenza y esperaba que abrieran las puertas y entraba y salía a las 2 de la mañana, yo veía el momento que entraba la gente, que no había publico entonces no estorbaba era como más directo la situación para tener encuentros, y también eso me permitió que a medio día yo hiciera las fotos por que no había tanto público, entonces no me intervenía la gente con lo que yo quería fotografiar.”[2]
“…a los 17 hice mis primeras fotos nocturnas de larga exposición, con una cámara que mi papá dejó colgada en un ropero: una Kodak A-1. Eso después lo aplicaría en Faenza.”[3]
En estos recorridos por los teatros el artista busca escudriñar sus propios sentimientos pero busca otros medios diferentes al dibujo y la pintura para salirse un poco de su introspectiva y verse reflejado, ver sus sensaciones reflejadas en otros y registra la sala de cine como espacio de cortejo y galanteo que consistía en el juego de llamadas, reconocimientos, señales, traslados y recorridos, en el que los visitantes del teatro se involucraban. Cómo el artista mismo ha notado, su trabajo en los teatros tenía más relación con el fotoperiodismo y la fotografía de guerra - el riesgo de ser descubierto, las duras condiciones técnicas, sus intenciones de hacer pública la marginalidad- que con el trabajo del artista tradicional.
Grano 1980 Papel, tierras calizas, pigmentos sobre el piso Instalación Museo de Arte Moderno Bogotá 40 m 2
El artista es invitado a exponer en la Sala de Proyectos de la recién inaugurada sede del Museo. Para ella, presenta una instalación, donde con pigmentos minerales recrea el piso de la casa de su niñez en Girardot. Rojas intentó hacer un “mestizaje” del museo, llevando un piso falso de baldosas –a escala 1:1- de una casa de extracción popular, al espacio sofisticado del museo.
Sobre plantillas en papel con el diseño geométrico del baldosín que coloca sobre el piso ‘real’, el artista ‘dibuja’ el piso. Distribuyendo cuidadosamente los pigmentos en los pequeños rectángulos y líneas que copiaban las baldosas y juntándolos por gravedad y no por fricción –es decir regándolos pero no frotándolos ni mezclándolos- el artista logra una superficie inmaculada que confundió a los espectadores, que llegaban al casi recién inaugurado museo –su sede se había abierto en 1979- en busca de una obra que no encontraban, pues estaba tan perfectamente lograda que “no se veía”. Rojas decidió entonces colocar un texto explicativo y una fotografía de él mismo para señalarla. Rojas reconoce de nuevo su interés en la vanguardia neoyorquina, pues Grano está inspirado en la instalación de Walter de María, New York Earth Room.
El artista produce físicamente un espacio “cargado de experiencia humana” donde la fotografía actúa como testimonio y memoria de una obra temporal, aunque su actitud fotográfica está implícita en el extraordinario verismo con que reproduce con pigmentos naturales los pisos y baldosas.
La obra permaneció durante tres meses en el museo. Para cerrar la exposición Rojas decidió destruirla con una gallina, la cual compró y llevo al museo para que picoteara y revolviera el preciosista trabajo que había realizado. Según su propio testimonio no sería la gallina sino un grupo de escolares los que se dedicarían a destruir –accidentalmente- el trabajo. Para finalizar, con los pigmentos utilizados Rojas hizo pequeños paquetes que regaló a sus amigos como recuerdo de una obra, que no sólo debe verse como instalación sino como sofisticado trabajo hiperrealista, el más logrado conceptualmente en todo el arte colombiano de aquella época. En 2003, Rojas realizaría una segunda versión de Grano en el mismo museo, en la VIII Bienal de Bogotá, recreando esta particular intromisión de lo real/popular en el espacio artificial del museo. Grano es una obra notable, pues Rojas une las tres versiones más importantes de la escultura de los 70 – minimal, hiperreal y land art- transmitiéndole un contenido personal y cultural muy fuerte. Así, Rojas se inauguraría en una nueva serie de intereses donde la “intertextualidad transclasista” se vuelve central, convirtiéndose de ahí en adelante, en su principal motivación.
“Yo no sé por qué me salí del Faenza en ese momento y Empecé a mirar el álbum familiar, que es una cosa que ahora los estudiantes y los artistas jóvenes utilizan y eso es muy recursivo para ellos, yo empecé a mira y en encontré una “fotico” y encontré el piso y dije este piso es en de la casa de mis abuelos en Girardot cuando se pasaron del campo a la ciudad, aquí es donde está todo el cambio, en este piso. El proceso fue definir una idea, luego con el manejo de los materiales se va aclarando cada vez más, porque los procesos creativos no son solamente mentales, no somos filósofos, puramente filósofos; por eso yo insisto que no hay que tomar tan enserio el pensamiento ajeno para ilustrarlo como hacen la mayoría de los artistas jóvenes que cogen un filósofo y parten de esos conceptos, es más la experiencia, yo creo que uno tienen bastante información como para poder pensar más “chiquito” sobre la realidad de uno; entonces fueron las dos cosas, pues la tierra fue el lugar donde vivieron mis antepasados luego conseguí la tierra y fui a armar el piso y enfaticé mucho con el carácter popular, yo siempre veía que lo atractivo de la obra era llevar ese carácter popular a la obra en el museo.”2
Grano, aparte de ser la representación a escala del patio donde pasó su infancia, es una metáfora sobre el desplazamiento que le tocó vivir el 9 de abril día en que destruyeron el negocio de su padre, así que se fueron a vivir a Girardot donde sus abuelos. Grano, según el artista, “es un patio de baldosas falso, dibujado apenas sobre la galería con carbón Vegeta y tierras recolectadas en Girardot. Tiene que ver con la tierra que pisa el campesino y su reubicación en el paisaje urbano. Esa obra sigue siendo muy actual por que la población campesina sigue quedando sin piso en Colombia.”3
Subjetivo. Serigrafía y dibujo con tierras naturales, 1700x700 cms Galería Garcés Velasquez, Bogotá,1982
Subjetivo será su segunda exposición individual y la última de las instalaciones envolventes ó ‘‘ambientes’’ que realizará el artista hasta 1991, casi diez años después, cuando realizará Tolima, Chusque, Medellín 1990 y Ambilá.
Miguel Ángel Rojas convirtió una sala de la Galería Garcés Velásquez de Bogotá en un espacio desapacible: creo un zócalo con serigrafías basadas en frottages de los baldosines de los baños del Teatro Faenza, intervino los muros con polvo de grafito para darles una apariencia descuidada y ruinosa y utilizó, como sutil sonido de fondo, el ruido de un desagüe con el agua corriendo. con los cuales intentaba recrear “todas esas experiencias en los cines y mis contactos con los olores, con la humedad, con los hongos, con la suciedad de esos sitios.”
El título, Subjetivo, era dado por la intención del artista de volver a expresar algo suyo, subjetivo, de manera confesional. Según el artista: “No fue un trabajo de analogías, ni de lecturas múltiples, ni de mimesis, ni de exaltación plástica del lugar. Fue la conversión realista de un espacio real en un espacio que participa de experiencias personales. No fue una representación de un lugar determinado, más bien de muchos, de todos”. “Después de trabajar las series del Faenza y el Mogador sentí que no podía quedarme documentando esos lugares, que debía procesar la experiencia y construir algo sobre ella; las reducciones, los dibujos con esos recortes circulares fueron parte de esa búsqueda, al igual que las ambientaciones y los posteriores revelados parciales". Grano y Subjetivo fueron una consecuencia tridimensional de esa experimentación. En ese sentido, Subjetivo es más la recreación de la atmósfera que vivía en estos teatros que la representación de un lugar específico, la expresión de una vida en exclusión, de derrota y soledad. Más que un escenario, fue una puesta en escena sin actores. De hecho, Grano tenía también algo qué ver con esto pero de una manera más objetiva, más desapasionada. Subjetivo fue la salida del proceso documental fotográfico hacia otra dimensión, llegando a ser, podría decirse, una fotografía tridimensional. En ella utilicé el zócalo de mosaicos presente en casi todas las fotos y recreé la atmósfera del sitio a través del sonido. La instalación se veía desde afuera, es decir, como se mira una fotografía: desde un punto de vista externo a la acción, sin posibilidad de formar parte de ella”
Bloque-columna, Hojas de coca sobre madera, 30x16 cm, (1979) 2007
Nowadays (Hoy en dia), 2001, ronda de cortes de hoja de coca
Rojas se ha preocupado mucho por todo el proceso de producción, distribución y consumo de drogas, y la ironía con la que encara este problema es más que evidente. En Nowadays (2001), por ejemplo, escribió con hojas de coca sobre papel la frase Just what is it that makes today´s homes so different, so apealling? (¿Qué será lo que hace a los hogares hoy día tan diferentes, tan atractivos?), el título de una obra de Richard Hamilton, considerada pionera del Arte Pop. Hamilton mostraba una habitación con todas las comodidades, con lujos, y ahora Rojas mira con ironía ese “mundo perfecto” de un país consumidor que permanentemente nos juzga. Así mismo están escritas las palabras Cali, Medellín, London, New York, también con recortes de billete de dólar y hojas de coca. En este conjunto, hay una obra nueva titulada Gringo, una serie de hojas de coca mordisqueadas por unos bichos que los campesinos llaman “gringos”
La idea de los círculos de las hojas nace de las fotografías circulares reducidas tomadas en el teatro Mogador, reemplazando las fotos por la fuerza de un material real.
“yo empecé a ver la situación del país en relación al problema de la droga, del consumo de droga del cual era participe (en ese sentido también es autobiográfica esta parte de la coca). Entiendo que hay muchas más muertes y mucha más violencia que viene de la represión, que del mismo consumo. Y creo que los consumidores en el primer mundo especialmente, son también responsables de esta guerra. Yo creo que las políticas son equivocadas; envenenando un territorio con glifosato no desaparece el deseo del consumidor y por eso no desaparece el problema En “Nowadays” escribo el problema con punticos de hojas de coca el titulo de la famosa obra pop de Richard Hamilton (“just Whats is it That makes Todays’s Homes so Different so Apealling?” [¿Qué es lo que hace que los hogares hoy sean tan diversos tan atractivos?]. Y respondo a la pregunta con el material.”[4]
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Huston/ Puerto hormiga. 2008. Hojas de Coca y billetes de dólar sobre papel
Medellín New York, 2006
Categoría :
Técnica 3,5 mm de hoja de coca y dibujos dólar corte sobre papel
Estilo :
Tema :
Clasificación General :
Color Principal :
Color Secundario :
Region :
Descripción :
David 2005 fotografía Digital con negativo de 35 mm
“(…) Regresando a tu obra ¿Cómo aparece el David?
M.A R: El proceso fue larguísimo. Yo viajo mucho a Girardot y en uno de esos viajes vi unas columnas de estilo jónico en una venta de carretera. Tenían estrías pero estaban completamente dibujadas, recordaban una columna clásica pero eran una caricatura. Eso me dio pie para empezar a pensar en el país. En que las grandes diferencias entre los colombianos son más culturales que étnicas y económicas. Siempre he pensado cómo la cultura europea llegó a imponerse a las culturas nativas. Comparando esa columna que venía de lo clásico y estaba en lo popular se me ocurrió compararla con la columna más perfecta neoclásica en Colombia que es la del Capitolio y decidí hacer unas fotos haciendo una comparación. Esto no funcionó porque muchas ideas sólo funcionan en la cabeza. Después pensé que los soldados sostenían las instituciones, porque mi estudio es acerca de un soldado mutilado. En ese tiempo ese proyecto se llamaba Palafitos que son las casas construidas a orillas de lo ríos. Decidí buscar a los soldados en Puente Aranda, un sitio en el que estaban en recuperación. Ese día casi me ponen preso. Alguien me dijo que llegara a las siete de la mañana. Cargué mis cámaras con mi asistente, y en el momento en que estábamos allí le dije a mi amigo que fuera a pedirle a un soldado que posara y uno de los soldados de la garita vio las cámaras. Di la vuelta y decidí pedir permiso. Cuando iba a hacerlo vi que venían veinte soldados hacia nosotros nos preguntaron por qué estábamos tomando fotos. A mi asistente lo hicieron cruzar la avenida escoltado, al carro se subieron tres y nos hicieron entrar, revisaron el carro y fue cuando conté mi proyecto. Me hicieron hablar con el coronel quien me dijo que pasara una carta pidiendo permiso. Entonces redacté la carta, esperé quince días y me dijeron que era imposible ayudarme en este proyecto. Decidí no hacerla y llamé a mi galerista y le conté. Y él, que es un mago, consiguió el permiso. Un coronel me mostró a los candidatos, eran diez y estaban mutilados. El soldado que escogí tenía una actitud muy digna y dispuesta. Entonces me lo llevé a mi taller. Las primeras fotos fueron en una alberca que tengo a medio llenar. Después me quedé pensando que eso era más importante y tenía que sacarle más provecho. Vi todas las inconveniencias que tenía el proyecto y pensé en hacer un molde del cuerpo completo. Le hice un molde de la pierna y él sufrió mucho porque el yeso se le pegaba todavía a las heridas. Le pregunté si posaría desnudo para mí y me dijo que sí. Al verlo desnudo pensé en el David, una escultura rota; el físico del soldado era muy clásico y así se hizo.”[5]
Aparentemente podría entenderse como un juego de palabras o quizás una estratégica coincidencia: “David” de Miguel Ángel… Rojas.
Lo cierto es que no hay estrategia cuando la expresividad de un gesto se torna tan natural y serena. Así podría definirse la imagen del David de Miguel Ángel Rojas: colmada de total dignidad y simbolismo, un simbolismo de carácter testimonial; no solo porque la imagen es un referente para la historia del Arte, sino por el contenido político y social de su mensaje. El artista nos conmueve al evocar el ideal clásico de belleza, armonía y proporción de tan emblemática obra renacentista, en una imagen de un hombre joven, mutilado por un suceso lamentable: la guerra como consecuencia, los soldados como “pilares” que se erigen y se quiebran como columnas. En este caso, es un cuerpo incompleto, roto, así como el sistema que representan: también desmembrado. Este hombre que se presenta desnudo revive a su vez, su historia personal, la historia de muchos colombianos, anónimos e innumerables, que al igual que el David de Rojas, no dejan de lado su imponencia y belleza. La postura del David, la reproducción de su gesto, legitima y cobra muchos sentimientos: dignidad, sensualidad, una total contemplación, así como genera controversia al rebatir un icono de la cultura occidental.
BIBLIOGRAFÍA
Art Nexus, Arte en Colombia No 49. Enero 1992 pag 146, 147
Gutiérrez, Natalia. “Miguel Ángel Rojas; Rastrear el origen de una mirada indeleble”. Art Nexus, número 49, volumen 2, 2003. pp. 62
Folleto Banco de la República, Miguel Angel Rojas.
Revista Arcadia diciembre 2007. Pag 42
CIBERGRAFÍA
https://especiales.universia.net.co/dmdocuments/hiper_ultra_cap_3.pdf
https://www.literalmagazine.com/pdf/l13_miguel_angel_rojas.pdf
https://www.banrepcultural.org/exposicion-miguel-angel-rojas.htm
https://esferapublica.org/nfblog/?p=1209
https://mundo-lamuerte.blogspot.com/
https://lugaradudas.org/publicaciones/vitrina_miguel_angel_rojas.pdf
https://esferapublica.org/nfblog/?p=13045
[1] Folleto Banco de la República. Rojas, Miguel Ángel. Pág.6
[2] Fragmentos de entrevista realizada por Natalia Gutiérrez en un recorrido donde el punto de partida es el teatro Faenza de finales de la época de los 70 y comienzos del 80. https://esferapublica.org/nfblog/?p=13045
[3] Fragmento de entrevista Revista Arcadia, diciembre de 2007. Pág 42.
[4] Arcadia, Diciembre de 2007 pag 45
[5] Extracto de la conversación entre Diego Obregón y Miguel Ángel Rojas, realizada el 18 de Octubre de 2005.
Para Revista Mundo – Diálogos.
“La Libido es la exaltación de la vida”. Diego Obregón en Dialogo con Miguel Ángel Rojas